Juan Eugenio Domínguez es un apasionado de las frutas, a pesar de ser alérgico a ellas, se deleita oliéndolas. Este acto placentero lo ha llevado a reconocer, con tan solo el olor, su lugar de origen, la fecha en la que fue cosechada y si tienen algún pesticida. Gracias a este don, “Juan Euge”, como lo llaman sus clientes, ha sabido seleccionar la mejor fruta para hacer lo mejores jugos de la ciudad. Es curioso que prepare jugos tan deliciosos y no haber probado bebida alguna hace más de treinta y cinco años, cuando probó su primer y único jugo, con el que descubrió su alergia.
Hasta el día de hoy va todas las mañanas al mercado por frutas, se para en la puerta del mercado y recorre todos los pasillos buscando un olor que le llame la atención. Es el cliente más esperado por todos los fruteros del mercado, que esperan que este personaje se lleven sus productos.
Hasta el día de hoy va todas las mañanas al mercado por frutas, se para en la puerta del mercado y recorre todos los pasillos buscando un olor que le llame la atención. Es el cliente más esperado por todos los fruteros del mercado, que esperan que este personaje se lleven sus productos.